Redacción: Jesús Palma Fotografía: Cortesía
Uno de los equipos de Softbol que se ha ganado el respeto y admiración en México y a nivel internacional, por romper estereotipos además de conservar las raíces culturales de la cultura maya, son las famosas Diablillas de Hondzonot que continúan marcando historia desde 2018.
Un 19 de diciembre de 2018, el softbol nacional vería nacer un equipo conformado por 20 mujeres indígenas, mismas que cambiaron las actividades domésticas por un bat de madera, guantes y un sueño de jugar profesionalmente Softbol. Sus inicios marcaron una ruptura de paradigmas machistas, cuando se organizó un cuadrangular de béisbol en la comunidad de Hondzonot, en el Pueblo de Sacabmucuy en la región Maya de Quintana Roo.
"Por ser mujeres no creían mucho que pudiéramos jugar, pero les hemos demostrado que podemos hacer lo mismo que los hombres y hasta llegar más lejos" argumentó Fabiola May la capitana del equipo.
Su vestimenta consta de un huipil perfectamente bordado por ellas mismas, sin usar calzado por lo que correr descalzas se han vuelto una de las características de este equipo, que pese a recibir críticas por ello, ha mantenido con fervor el espíritu de su cultura. "Como todas, teníamos nuestro huipil, fue por eso que decidimos usarlo como uniforme. Y es parte de nosotras, de nuestra identidad como mayas" señaló Juana A. jugadora.
Uno de los principales patrocinadores de este equipo son los Diablos Rojos del México, el equipo con más títulos (16 campeonatos) en la Liga Mexicana de Béisbol, quienes les donó el equipo necesario para practicar este deporte, por lo que las Diablillas mantienen vivo ese sueño de poder viajar al estadio Alfredo Harp Helú.
"Nuestro sueño es llegar algún día a ser profesionales, conocer otros lugares porque aquí nuestro pueblito está un poco retirado, cada salida es increíble para nosotras", expresó la jugadora del equipo Adelaida May Canche.
Ante la falta de apoyo económico y la crisis que continúa presente por la pandemia del Covid-19, esta novena continúa sin poder tener participación fuera del estado de Quintana Roo, y aunque no cuentan con una entrenadora, por lo que seguirán jugando softbol entre ellas mismas, con la ilusión de que las secuelas de la pandemia puedan traerles alegría.
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